Conoce los impactos de la reducción a la jornada laboral
La inminente reducción de la jornada laboral en México, de 48 a 40 horas semanales, genera una serie de implicaciones legales, fiscales y operativas que las empresas deben evaluar para reducir el impacto en su operación.
Esta propuesta, que se prevé sea aprobada antes de que concluya 2025, forma parte de una serie de compromisos adquiridos por México ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y en el marco del T-MEC.
El contexto de la propuesta
Roberto Quijano, socio en Cervantes, Quijano y Asociados, explicó durante el webinar “Reducción de la jornada laboral y su impacto en las obligaciones de seguridad social”, que la iniciativa busca adecuar la legislación mexicana a estándares internacionales, pues actualmente el país figura entre los miembros de la OCDE con más horas laboradas al año y menor productividad.
La reducción a 40 horas semanales, con dos días de descanso obligatorios con goce de sueldo, sustituiría al esquema vigente de seis días laborales por uno de descanso y plantea una transformación sin precedentes en la estructura laboral.
Desde el punto de vista del especialista, se trata de una medida que, aunque necesaria desde la perspectiva de los derechos laborales, tendrá impactos significativos en la operación de las empresas.
Este impacto será mayor en aquellas que dependen de jornadas extendidas o esquemas rotativos, como las dedicadas a la seguridad, el comercio, la salud o el transporte.
Los impactos operativos
Una de las principales preocupaciones es el incremento de costos operativos, pues al reducirse las horas disponibles por trabajador, muchas empresas deberán contratar más personal para cubrir la misma carga de trabajo, o bien, pagar horas extra, lo que representaría un aumento considerable en el presupuesto.
Otro punto relevante es el impacto en prestaciones como vacaciones y primas dominicales. La Ley Federal del Trabajo (LFT) establece que las vacaciones deben otorgarse en días laborables, por lo que, con dos días de descanso a la semana, el periodo vacacional se extenderá, sobre todo para trabajadores con antigüedad, lo que representa un desafío para las pequeñas empresas.
Además, al aumentar los días de descanso, incrementa la probabilidad de que las empresas deban pagar tiempo triple en caso de requerir a sus empleados los fines de semana y aplicar primas dominicales o sabatinas adicionales.
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El impacto a la nómina
Por su parte, Elisa Ibáñez, socia de impuestos al capital humano en Mauricio Monroy Contadores, explicó que la reducción de jornada no solo implica un ajuste operativo, sino un aumento directo en el costo de la nómina.
Detalló que manteniendo el mismo salario, el costo por hora trabajada aumentará al menos un 16.67%, considerando solamente el salario base.
Sin embargo, si se consideran impuestos como el ISR, cuotas del IMSS y obligaciones relacionadas con el Infonavit, el impacto fiscal podría llegar hasta un 25% dependiendo del caso.
Ibáñez advirtió que el sistema fiscal mexicano opera bajo un esquema progresivo, tanto para el ISR como para las cuotas del IMSS. A medida que aumenten los ingresos del trabajador —por horas extra o días laborados en descanso— se incrementará proporcionalmente la carga fiscal para la empresa.
En particular, destacó que la cuota patronal de retiro ha comenzado un incremento gradual desde 2023 y se mantendrá hasta 2030, lo cual coincide con el horizonte de implementación paulatina de esta reforma laboral.
Añadió que las empresas deben considerar también sus costos indirectos, como electricidad o insumos, especialmente si requieren mantener sus operaciones continuas.
La preparación
El rediseño de turnos, la automatización de procesos y el uso eficiente del tiempo laboral serán claves para mitigar el impacto económico de la reforma.
Ambos especialistas coincidieron en que cada empresa deberá realizar un análisis individualizado de sus jornadas laborales actuales, calcular el número de horas del personal disponibles antes y después de la reforma, estimar el impacto económico y tomar decisiones preventivas.
Incluso, implementar esquemas de prueba antes de la aprobación de esta reforma para evaluar qué ajustes podrían aplicarse sin afectar la productividad.
Ambos especialistas señalaron que para lograr una mejora integral en el mercado laboral mexicano, será necesario revisar también la carga fiscal sobre los empleadores y fortalecer la capacitación de los trabajadores para mejorar la productividad.
Los beneficios
A pesar de los diversos impactos que conlleva la reducción de la jornada laboral en México, también ofrece beneficios.
Entre ellos destaca la disminución de la fatiga o burnout en el talento humano. Al contar con colaboradores que trabajan menos horas pero en mejores condiciones físicas y mentales, se favorece un ambiente laboral más saludable, lo que puede traducirse en una mayor concentración, menor rotación de personal y mejores resultados.
Esta medida también puede incentivar una mejor organización interna y el uso más estratégico de recursos tecnológicos y humanos.
Fomentar el equilibrio entre vida laboral y personal es otro de los puntos. Esto puede lograrse mediante la implementación de jornadas flexibles, que reduzcan los tiempos de traslado o permanencia prolongada en la oficina.
Este tipo de prácticas no solo contribuyen al bienestar sino que también incrementan la productividad y compromiso.
Si quieres conocer toda la información expuesta, te invitamos a ver la grabación del webinar en este enlace.

